Robertico: Humor para reir y para pensar
Lic. Jorge Lorenzo
Hacer reir, contrario a lo muchos creen, es un asunto muy serio. Y para un artista, lograrlo es en la mayor parte de las veces, una tarea difícil. Pero cuando se logra arrancar la risa del público, al tiempo se convierte en cronista de hechos que caracterizan una época y encima de eso, el artista hace reflexionar a los espectadores, entonces hay que reconocer que uno está viendo humor del bueno.
Y esto es lo que sucede con Robertico, un joven humorista cubano que desde hace años viene conquistando al público nacional y foráneo.
Tal vez ni el mismo recuerde la primera vez que hizo reir a la gente, pero su consagración llegó sin dudas junto con un momento muy difícil para el pueblo cubano: El periodo especial.
Los cubanos llaman así a la época que comenzó a principios de los años’90 y que siguió al desmembramiento del bloque soviético, con lo cual la economía cubana resultó seriamente afectada. Pero resulta que el humor ha sido siempre para este pueblo un elemento de apoyo en las situaciones más difíciles y Robertico, que lo sabe, aprovecha al máximo esta característica.
Lo conocí, como conoce Cuba a Robertico, por sus cuentos, que se transmiten entre la gente y por sus discos, que han trascendido la fronteras del país. Pero tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en el club Imágenes, del Vedado, un viernes de junio, luego de concluir su presentación en el local.
Había llegado poco antes de concluir el show, y como no tenía amigo mutuo que me lo presentara, opté por hacerlo yo mismo, un poco con la esperanza de que me regalase unos minutos de su tiempo, pero también con el temor de que no pudiera hacerlo, porque sabía que el artista debía atender otro espectáculo esa misma noche.
Pero atendió amablemente, como corresponde al carácter sencillo de que hacen gala los artistas geniales. Y convinimos en vernos al día siguiente.
Así lo hicimos y entonces me contó sobre los detalles de la preparación del espectáculo con el que piensa conmemorar sus quince años de vida artística. Este humorista, de baja estatura, pero gran talla, se ha presentado con un éxito tremendo en escenarios de España, Méjico, Colombia y Venezuela y ha realizado innumerables giras nacionales donde ha ganado el respeto y el cariño de su pueblo.
No intentaré –jamás osaría hacerlo- contar acerca su humor. Quiero hablar más bien acerca de su seriedad. Y es que Robertico toma muy en serio su labor de hacer reir, de transitar por el agudo camino que significa hacer que la gente entienda e interiorice sus propias contradicciones y las de sus semejantes, los problemas y limitaciones que a diario les acompañan en la vida cotidiana y aprender a reirse de ellas como primer paso para resolverlas.
Y es que, como el mismo Robertico acostumbra a decir siempre, al cierre de sus presentaciones, “la sonrisa cuesta poco, pero produce mucho.”
